Los pueblos vikingos fueron un conjunto de guerreros y marinos originarios de Escandinavia, que realizaron viajes de exploración y saqueos por gran parte de Europa entre los siglos IX y XI. Su nombre proviene del nórdico antiguo víkingr, que significa “incursores” o “aventureros”. Su lengua era el nórdico antiguo, una rama de las lenguas germánicas.
Los vikingos se hicieron famosos por sus ataques violentos y sorpresivos a monasterios, ciudades y poblados costeros, aprovechando sus rápidas y versátiles embarcaciones llamadas drakkar o langskip.
El primer ataque registrado fue el saqueo del monasterio de Lindisfarne en el año 793, en el norte de la actual Gran Bretaña. A partir de entonces, los vikingos extendieron sus incursiones por las islas británicas, el reino de los francos, la península ibérica, el sur de Italia, el mar Báltico y Rusia.
Se cree que las causas de las invasiones vikingas fueron el aumento demográfico en Escandinavia, la escasez de tierras fértiles, la ambición de riquezas y prestigio, y la rivalidad entre los pequeños reinos nórdicos.
Los vikingos no solo saqueaban y destruían, sino que también comerciaban, colonizaban y se mezclaban con otras culturas. Algunos ejemplos de su influencia son el reino normando de Sicilia, el ducado de Normandía en Francia, el reino vikingo de York en Inglaterra y la Rus de Kiev en Rusia.
Los vikingos tenían una organización política y social basada en la independencia de cada comunidad, liderada por un jarl o conde. Los hombres libres participaban en una asamblea llamada thing, donde se decidían las leyes y los juicios.
La sociedad estaba dividida en hombres y mujeres libres y esclavos. Los vikingos eran politeístas y adoraban a varios dioses relacionados con la naturaleza, como Odín, Thor, Freya y Loki.
El periodo vikingo se suele considerar que terminó con la derrota del rey Harald el Despiadado en la batalla del puente Stamford en el año 1066, cuando intentaba conquistar Inglaterra. Sin embargo, la influencia nórdica siguió siendo relevante en Europa durante mucho tiempo.
La cristianización de Escandinavia supuso un cambio cultural y religioso que disminuyó las incursiones vikingas.
Los pueblos vikingos fueron una fuerza histórica que marcó la Edad Media europea con sus hazañas bélicas, comerciales y culturales. Su legado se puede apreciar en el arte, la literatura, la toponimia y la genética de muchos países.